viernes, 28 de diciembre de 2007

Slappy en Woodstock




Ver este capítulo de "Slappy, la Ardilla" de chiquita me marcó de por vida. Que me parta un rayo si esto no es televisión educativa.

martes, 25 de diciembre de 2007

¿Quién te quita lo bailado?


“THIS FILM SHOULD BE PLAYED LOUD!” ordena la placa que abre la película. Tomémoslo como un consejo: “The Last Waltz” merece ser escuchada a todo volumen.

Hay algo especial en las películas que empiezan por el final de la historia. Como no podría ser de otra forma para un film que, según uno de sus protagonistas, Robbie Robertson, muestra lo que sería “el principio del principio del fin del principio” para The Band, “The Last Waltz” abre con la banda regresando al escenario para el bis.

“The Last Waltz” es el nombre dado al concierto despedida de The Band, la legendaria banda formada por Robbie Robertson, Rick Danko, Garth Hudson, Levon Helm y Richard Manuel, famosos por haber acompañado a Bob Dylan en su polémico giro hacia el rock eléctrico, y una de las más grandes bandas de la historia. La cita tiene lugar el Winterland Ballroom de San Francisco, el primer lugar donde la banda se presentó formalmente como “The Band”, en el día de Acción de Gracias de 1976; previa multitudinaria cena con pavo y tanda de vals para todo el público.

Después de 16 años en la carretera juntos, es hora de decir adiós. Claro, si la hacemos, la hacemos bien, pensaron los muchachos; y fue así como el proyecto que empezó como un simple concierto, resultó en un extensísimo desfile por el escenario de algunas de las más grandes figuras de la música, y en lo que muchos califican como “el más grande concierto de rock jamás filmado”. Sorprenden los nombres de los responsables. Los amigos invitados: Joni Mitchell, Muddy Waters, Paul Butterfield, Neil Young, Dr. John, Neil Diamond, Eric Clapton, Van Morrison, Emmylou Harris, The Staple Singers y Ronnie Hawkins, por el lado de los músicos, más los poetas Lawrence Ferlinghetti (famoso por formar parte de la Generación Beat y ser dueño de la librería City Lights, donde Allen Ginsberg leyó por primera vez “Aullido”) y Michael McClure. El encargado de registrar con la cámara el evento: nada más ni nada menos que Martin Scorsese, melómano declarado y un experimentado, ya por entonces, en esto de las rock movies.
Desde la oscuridad del escenario se escucha el saludo de la banda. Acto seguido se encienden las luces. Up On Cripple Creek, uno de los temas más característicos del grupo, da el puntapié inicial para un concierto que promete y mucho para esos 5000 espectadores que durante las siguientes 5 horas observarán boquiabiertos (desconocen todo lo que deparará la noche) una de las máximas cumbres de la historia del rock.

La imagen es imponente. Es posible que un concierto de rock nunca haya visto semejante puesta en escena: la iluminación acompañará perfectamente cada momento de una noche que no ahorrará en emociones, enormes arañas de luces se hallan repartidas por un irreconocible Winterland vestido de gala para la ocasión, el decorado de la ópera de San Francisco ha sido traído sólo por esta noche; todo cortesía de Boris Leven, uno de los reclutados por Scorsese para registrar para la posteridad el último vals.

The Band no defrauda. Recorrerán durante el concierto muchos de los grandes temas de su repertorio, interpretándolos de forma realmente impecable (excepcional Robertson en guitarra). El sonido es contundente, pero ni por un momento pierde emotividad. Muy por el contrario: la melancolía que genera el inminente final de una era se hace casi tangible en ese escenario. “The Night They Drove Old Dixie Down”, ese gran y emocionante tema, interpretado a todo pulmón, sea tal vez el punto más alto del concierto en este sentido. Se percibe en esa milésima de segundo, justo antes de que comience el estribillo, como la banda toma aire para zambullirse de lleno en el estribillo, con el máximo de sus fuerzas, como si fuera la última vez. Y suenan tan bien; uno no puede evitar preguntarse por qué se están separando cuando aún tienen tanto por dar.

El hilo conductor del film son fragmentos de entrevistas realizadas por Scorsese a los miembros del grupo días después del concierto, en el Shangrila: el club convertido en estudio propiedad de The Band en Malibú. Así, momentos del concierto se intercalan con imágenes de la banda narrando su historia y algunas anécdotas de la carretera, de esas que nos gustan a todos.

Hay dos elementos que hacen al film, y son el concierto y la película. Pero el talento de Scorsese está en que fusiona cine y música a la perfección. Por momentos uno se pregunta si es ficción o realidad lo que está viendo. Cada gesto cómplice entre ellos, cada expresión, todo es registrado por la cámara en el momento justo como si hubiera sido planeado. Nada se escapa.

Cuando uno cree que ya no puede ponerse mejor, una tras otra se suceden versiones memorables de canciones memorables. Un visiblemente emocionado Neil Young sube al escenario a interpretar con voz de rockero herido “Helpless”, el legendario Muddy Waters hace “Mannish Boy”, Van Morrison envuelto en brillos recorre el escenario en “Caravan”, Clapton da clases de cómo tocar blues y encara “Further On Up The Road”. Más que significativa la elección de repertorio de Bob Dylan, infaltable para esta noche (en todo sentido: Warner accedió a financiar la filmación sólo con la condición de que Dylan se presentara), de sombrero blanco con pluma roja, que a modo de despedida a quienes fueron durante largo tiempo sus compañeros de ruta, interpreta “Forever Young” y termina con una eléctrica versión de “Baby, Let Me Follow You Down”.

El cierre a todo trapo: todos otra vez al escenario, más Ringo Starr y Ronnie Wood, para “I Shall Be Released”, el tema escrito por Dylan en los días de la Big Pink en Woodstock, cuando The Band era simplemente “la banda”.

La energía más intensa que podamos imaginar, miradas cómplices, la sincronía perfecta, el mudo entendimiento entre esa gente que sabe de lo suyo a la perfección. ¿Hay algo más cool que ser una estrella de rock?



(Al que haya llegado hasta el final, mi agradecimiento y recomendación: vean la película)

viernes, 21 de diciembre de 2007

Bob Dylan & The Plugz




Revisando Youtube me topé con este genial video de Dylan y unos para mí hasta ahora desconocidos Plugz, haciendo Jokerman en el David Letterman Show en el 84. Ojalá haga algo así en Marzo.

miércoles, 19 de diciembre de 2007

Todo llega...

Ah, sí. Todo llega. Un poco a causa de las vacaciones, que llevan a empezar cosas nuevas para no aburrirse y otro poco porque tengo que hacer tiempo mientras espero que se baje el antivirus que me permita volver a usar el MSN (en este momento soy la persona más odiada por mis contactos: aparentemente cada 20 segundos les llega un virus de mi parte invitándolos amablemente a ver "mi nuevo color de pelo").
Mientras esperaba, me puse a revisar blogs ajenos y me dieron ganas de integrarme a la comunidad bloggera.
Escuchaba "Desolation Row". Siempre hay una parte, un verso de las canciones, muchas veces el que más me gusta, que me queda resonando en la cabeza. "or else expecting rain" cantó Dylan, y quedó el nombre.
En fin, tal vez sea nada más algo para hacer en el verano, tal vez empiece a escribir las cosas que escribo en mi cuaderno, o probablemente me aburra en una semana.
La cosa es que, como podría haber dicho George, blog comes to everyone.